HISTORIAS DE ESPECTROS QUE HABITAN ROSARIO
http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2010/01/16/noticia_0072.html
jueves, 21 de enero de 2010
viernes, 23 de marzo de 2007
EL FANTASMA DE HORTENSIA
No sé por qué, quizás por una curiosidad innata, quizás por una tendencia natural a lo inexplicable, quizás porque nunca tuve mucho en qué entretenerme -vaya a saber uno por qué a fin de cuentas-, pero el hecho puntual es que siempre una pregunta estuvo en mi cabeza. Una pregunta simple y compleja al mismo tiempo: ¿qué es un fantasma? Durante años traté de hallar una respuesta más o menos convincente, algo que me demostrase, más allá de los miles de casos de apariciones, de “Poltergeist” en todo el mundo, qué cosa es un fantasma, qué cosa quiere un muerto que no está muerto del todo.
“¿Qué es un fantasma?”, se pregunta Federico Luppi al comienzo del film El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro. “Algo detenido en el tiempo, como un insecto en ámbar; que pugna por vivir, aún”. Al escuchar esa respuesta, la primera vez que vi esa película, no dejé de pensar en que ésa era una maravillosa respuesta. Poco tiempo después, supe de Hortensia.
Algo detenido en el tiempo, como un insecto en ámbar; que pugna por vivir, aún.
Se decía que nadie podía haber muerto violentamente en Villa Hortensia porque ese majestuoso caserón fue, siempre, por décadas, símbolo de fiesta y esplendor, de progreso, de “Dolce vita”. Pero, inexorablemente, todo pasa, todo se termina; todo acaba, mal que nos pese, en la decadencia y el horror; en el olvido, o en ese lugar a donde parece va a parar todo: lo bueno, lo malo, lo ambiguo, lo que amamos, lo que odiamos, lo que ignoramos. Por eso, y por cuestiones legales entre herederos que tuvieron el sabor de una riña de gallos, Villa Hortensia fue perdiendo luz, brillo y status y se convirtió en un lugar deshabitado, en un cementerio de lujosos muebles. En ese tiempo fue cuando aparecieron los rumores del fantasma.
Allí, en esa mansión llena de historia y muebles pero vacía de gente, “había algo”; algo que, por las noches, provocaba sombras y extrañísimos ruidos. Hasta se dice que, en cierta ocasión, cuando unos inescrupulosos amigos de lo ajeno intentaron robar muebles, en el momento exacto de empezar a llevarse todo, vieron cómo las luces se encendían y se apagaban a pesar de que en la casa hacía años que no había corriente eléctrica; cómo desde una habitación, llamada “la habitación del diablo”, aparecía una atroz imagen femenina que intentó, según relataron después los asustados ladrones en la comisaría, quemarlos con un fuego que manaba de sus ojos encendidos de furia. Al parecer, era Doña María Hortensia, muerta y hecha fantasma, que se negaba, por todos los medios, los conocidos y los desconocidos, a dejar el caserón. Pero no. No es tan simple. Como se responde Federico Luppi, un fantasma es algo detenido en el tiempo, algo que pugnan por vivir, aún. Y sí, allí, en Villa Hortensia, había algo, había alguien que, de alguna manera, pugnaba por seguir viviendo: la casa misma. Era ella, el fantasma de Villa Hortensia, encarnado en el espectro de su propietaria, la mismísima Doña María Hortensia, que, desde algún lugar, desde el lugar a donde van los que todavía tienen o dejaron “cosas por hacer o decir” aquí, en el mundo de los mortales, en el mundo donde está la mansión.
Hay otro rumor, uno más secreto porque involucra gente del gobierno, que dice que, antes de transformar al caserón en Distrito Municipal, se convocó a una famosa médium que organizó, una noche de viernes a la hora de las brujas, a las tres de la madrugada en punto, una sesión de espiritismo para convocar al fantasma y pedirle, de alguna manera, “permiso” para la instalación de dicho predio municipal. Y Hortensia apareció a través de la médium, que estaba en trance y hablaba con voz extraña. Emitía inentendibles sonidos guturales cuando, de repente, una voz amable pero firme dijo, a través de las cuerdas vocales de la médium: “No quiero que nadie destruya mi morada. Es mi hogar. Fue mi hogar y lo seguirá siendo. Quiero que las puertas estén abiertas para todo el mundo. Quiero que se respete mi hogar, que su arquitectura recupere el brillo. Quiero que la luz del sol vuelva a ingresar por los ventanales y se refleje en todas las paredes, en todos los cuartos. Sólo de esa manera yo podré estar en paz”. Y desapareció para siempre. Meses después, se abrió el Distrito Norte, respetando al pie de la letra las palabras de su primera moradora.
Leonel Giacometto (Mil gracias Leonel!!!)
“¿Qué es un fantasma?”, se pregunta Federico Luppi al comienzo del film El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro. “Algo detenido en el tiempo, como un insecto en ámbar; que pugna por vivir, aún”. Al escuchar esa respuesta, la primera vez que vi esa película, no dejé de pensar en que ésa era una maravillosa respuesta. Poco tiempo después, supe de Hortensia.
Algo detenido en el tiempo, como un insecto en ámbar; que pugna por vivir, aún.
Se decía que nadie podía haber muerto violentamente en Villa Hortensia porque ese majestuoso caserón fue, siempre, por décadas, símbolo de fiesta y esplendor, de progreso, de “Dolce vita”. Pero, inexorablemente, todo pasa, todo se termina; todo acaba, mal que nos pese, en la decadencia y el horror; en el olvido, o en ese lugar a donde parece va a parar todo: lo bueno, lo malo, lo ambiguo, lo que amamos, lo que odiamos, lo que ignoramos. Por eso, y por cuestiones legales entre herederos que tuvieron el sabor de una riña de gallos, Villa Hortensia fue perdiendo luz, brillo y status y se convirtió en un lugar deshabitado, en un cementerio de lujosos muebles. En ese tiempo fue cuando aparecieron los rumores del fantasma.
Allí, en esa mansión llena de historia y muebles pero vacía de gente, “había algo”; algo que, por las noches, provocaba sombras y extrañísimos ruidos. Hasta se dice que, en cierta ocasión, cuando unos inescrupulosos amigos de lo ajeno intentaron robar muebles, en el momento exacto de empezar a llevarse todo, vieron cómo las luces se encendían y se apagaban a pesar de que en la casa hacía años que no había corriente eléctrica; cómo desde una habitación, llamada “la habitación del diablo”, aparecía una atroz imagen femenina que intentó, según relataron después los asustados ladrones en la comisaría, quemarlos con un fuego que manaba de sus ojos encendidos de furia. Al parecer, era Doña María Hortensia, muerta y hecha fantasma, que se negaba, por todos los medios, los conocidos y los desconocidos, a dejar el caserón. Pero no. No es tan simple. Como se responde Federico Luppi, un fantasma es algo detenido en el tiempo, algo que pugnan por vivir, aún. Y sí, allí, en Villa Hortensia, había algo, había alguien que, de alguna manera, pugnaba por seguir viviendo: la casa misma. Era ella, el fantasma de Villa Hortensia, encarnado en el espectro de su propietaria, la mismísima Doña María Hortensia, que, desde algún lugar, desde el lugar a donde van los que todavía tienen o dejaron “cosas por hacer o decir” aquí, en el mundo de los mortales, en el mundo donde está la mansión.
Hay otro rumor, uno más secreto porque involucra gente del gobierno, que dice que, antes de transformar al caserón en Distrito Municipal, se convocó a una famosa médium que organizó, una noche de viernes a la hora de las brujas, a las tres de la madrugada en punto, una sesión de espiritismo para convocar al fantasma y pedirle, de alguna manera, “permiso” para la instalación de dicho predio municipal. Y Hortensia apareció a través de la médium, que estaba en trance y hablaba con voz extraña. Emitía inentendibles sonidos guturales cuando, de repente, una voz amable pero firme dijo, a través de las cuerdas vocales de la médium: “No quiero que nadie destruya mi morada. Es mi hogar. Fue mi hogar y lo seguirá siendo. Quiero que las puertas estén abiertas para todo el mundo. Quiero que se respete mi hogar, que su arquitectura recupere el brillo. Quiero que la luz del sol vuelva a ingresar por los ventanales y se refleje en todas las paredes, en todos los cuartos. Sólo de esa manera yo podré estar en paz”. Y desapareció para siempre. Meses después, se abrió el Distrito Norte, respetando al pie de la letra las palabras de su primera moradora.
Leonel Giacometto (Mil gracias Leonel!!!)
jueves, 22 de marzo de 2007
TUNELES FANTASMAS
La ciudad pequeña empezó a crecer. El ferrocarril hizo un tejido de vías en su vientre, y la riqueza empezó a cambiar su puerto. La boca donde saltan y entraban las riquezas. El puerto que había sido el origen de la ciudad seguía alimentándola. Ahora con gente. Inmigrantes que venían a buscar riquezas, la América o al menos un mejor lugar donde vivir. La ciudad se hizo cosmopolita,y adquirió también los vicios de toda gran urbe del mundo, uno de ellos fue la mafia. La mafia creó un mundo de temor y de oscuridad en el que germinó el contrabando. Dicen que construyeron túneles secretos para sus fechorías y algunos de ellos salían en uno de los grandes almacenes que ocupaba el predio frente a la aduana, en la bajada sargento Cabral. Dicen que la maldad de estos hombres sembró de adversarios muertos esos túneles y que sus fantasmas fueron los que dieron cuenta del poder de Chicho grande. No hemos podido corroborar las versiones de los obreros que trabajaban en la remodelación de esos almacenes para hacer de ellos un boliche. Afirmaban haber escuchado quejidos espeluznantes y sombras sospechosas que desaparecían en las huellas de las paredes que mostraban una especie de puerta tapialada. Dicen que esos túneles conectaban con el puerto en la zona que hoy es el complejo parque España. El tiempo y el temor ha multiplicado las cifras y ha imaginado una red de túneles que se extendían por toda la ciudad y llegaban a la bolsa. Nunca se ha hecho una investigación oficial de ello.Tampoco nadie ha desmentido del todo estas versiones. El desmoronamiento de parte de la costa del parque España desenterró el rumor de que el suceso formaba parte de un hecho muy extraño, quizás los fantasmas buscan salir de su encierro.
Livia Vives
Livia Vives
PEDRO Y LAZI
(un abogado vagabundo y un perro enano)
Cuentan que halla por el 1910 recién venido de Rusia junto a su padre Don Isaac y su madre Ana, el hijo único Pedro llego a Rosario, no hizo una semana y el padre ya estaba trabajando de lo que sabia, va si se le puede decir trabajo a prestar dinero con intereses descomunales a los demás inmigrantes, muchos de los cuales ya lo conocían de antes.
Pedro andaba por los 18 años y el padre decidió que ya era hora de que hiciera algo así que lo puso a estudiar. Todo hasta ahí iba bien ya que el pibe tenía decidido que quería ser veterinario, pero eso no entraba en los planes de don Isaac.
El necesitaba un abogado en la familia para que le sacara las papas del fuego en caso de necesidad, por lo tanto decidió que no había trato, el hijo debía estudiar abogacía.
Así paso el tiempo Pedro estudiando y su padre presionando, hasta que llego por fin el gran día…. Pedrito se recibió de abogado!!!! Y no le costo poco ya que en lugar de 6 años fueron 10, pero eso no opacaba el hecho de que el hijo de Don Isaac fuera abogado!!!
Don Isaac estaba loco de contento: ya tengo abogado propio, no tengo que gastar mas plata – pensaba para sus adentros.
Pero la ley venia pisándole los talones a Don Isaac y el día que le callo la cana se le vino con todo, tenia cargos pá regalar. Lejos de asustarse inmediatamente mando a llamar a su hijo y agrandado como pan en remojo lo puso en contacto con la autoridad correspondiente para que ejerciera su defensa……
Después de unos meses de idas y vueltas y líos judiciales le otorgaron gentilmente 30 años de cana. Parecía como si que con cada defensa de Pedro al viejo le agregaran más años.
Pedro se desmoralizo drásticamente, pero no por perder el juicio sino por que el padre le juro que lo iba a matar el primer día que saliera de prisión vivo o muerto!!! De alguna forma se iba a vengar.
Así fue que Pedro se encontró desesperado, solo y desamparado en la vida. Medito, medito debía tomar una decisión. Estaba solo, sin plata ya que le habían sacado hasta el ultimo centavo por culpa de su padre y se sentía un inútil y por lo que no tuvo mejor idea que salir a vagar sin rumbo fijo.
Tomo algunas ropas cargo un bolsito viejo y se echo a la calle…dos días después se sentía más solo que naufrago en una isla desierta, sentía que esta vez se había recibido en la universidad de la calle de Lingera, y como todo buen ser que se digne llamar lingera debía tener un perro así que empezó a buscarse un compañero fiel y en las vías de la Parada Alberdi lo encontró, no tenía ni 25 días de nacido y ahí estaba abandonado como él, por lo que lo tomo y se lo llevó. Comenzó a buscarle nombre y como sentía que entre el y ese cachorrito desamparado había algo que los unía muy fuertemente no se le ocurrió otro mejor que Lazo,…. Era un buen nombre, además Lazo parecía un caballo en miniatura con hocico largo mucho pelo patas finas, una mezcla de cinco o seis rasas.
Pero mucho tiempo el nombre no le duro por que a los tres meses se dio cuenta que ya no crecía mas y eso era tan solo 20 centímetros del piso, por lo que de Lazo paso a llamarse Lazi, era una deshonra para la rasa animal pero era su perro .
Pedro solía deambular por la Parada Alberdi normalmente aunque también se lo veía por la Estación Rosario Norte y Rosario Central…..le gustaba caminar y primero se lo veía venir a el y al rato se lo veía a Lazi. Es que tenia patas cortas y la pobre bestia tardaba en llegar tanto que Pedro para no dejarlo tan atrás caminaba en circulo en el mismo lugar hasta que Lazi lo alcanzaba
Fue durante años que Pedro iba y venia por las vías del tren recorriendo estaciones, curando animalitos, contando historias a los viajeros de las estaciones y pidiendo alguna que otra moneda para comer. No era de hablar mucho con la gente, con excepción del guarda de la Estación Rosario Norte con el que siempre entablaba alguna conversación y que era el único que conocía la verdadera historia de su vida.
Después de algunos años la gente lo dejo de ver y se olvidaron de él. Ni el guarda sabía que le había pasado al desaparecer, y fue en ese mismo momento que empezaron a crearse las fábulas alrededor de la suerte que le toco a Pedro.
Los que llegaron a enterarse lo sucedido con el padre dicen que apenas salio le corto el cuello y lo enterró junto a las vías del tren sin que nadie lo viera, y a Lazi lo mato por perro delator ya que no paraba de ladrar, y es verdad que perro que ladra no muerde por que el viejo salio sin un rasguño.
Algunos hasta cuentan que han visto su fantasma sin cabeza y el de Lazi a su lado aparecer por las noches en la estación Rosario Norte
Otra versión dice que como a el le gustaba curar animalitos, un día en el que paso un tren con un circo, aparentemente uno de los animales callo de el tren, y para desgracia de Pedro era el tigre de Malasia, se lo comió de un mordisco apenas se acerco para ver que había pasado, y en cuanto a Lazi parece que el tigre en uno de sus saltos lo piso sin darse cuenta y murió por atropello.
Hay otra versión mas aunque creo que es la menos creíble se las cuento igual, dicen que el padre lo encontró después de mucho buscarlo, lo perdono y juntos vivieron felices. Anda!!!!!!!!!!.
Para mi la única de todas las historias es la primera la que me resulta mas creíble pero queda a libre elección.
Lo que queda bien claro es que si queres estudiar, ….. estudia algo que te guste, no sea que termines como Pedro…. Y vaya a saber uno como fue que termino.
Alfredo Molinelli
Cuentan que halla por el 1910 recién venido de Rusia junto a su padre Don Isaac y su madre Ana, el hijo único Pedro llego a Rosario, no hizo una semana y el padre ya estaba trabajando de lo que sabia, va si se le puede decir trabajo a prestar dinero con intereses descomunales a los demás inmigrantes, muchos de los cuales ya lo conocían de antes.
Pedro andaba por los 18 años y el padre decidió que ya era hora de que hiciera algo así que lo puso a estudiar. Todo hasta ahí iba bien ya que el pibe tenía decidido que quería ser veterinario, pero eso no entraba en los planes de don Isaac.
El necesitaba un abogado en la familia para que le sacara las papas del fuego en caso de necesidad, por lo tanto decidió que no había trato, el hijo debía estudiar abogacía.
Así paso el tiempo Pedro estudiando y su padre presionando, hasta que llego por fin el gran día…. Pedrito se recibió de abogado!!!! Y no le costo poco ya que en lugar de 6 años fueron 10, pero eso no opacaba el hecho de que el hijo de Don Isaac fuera abogado!!!
Don Isaac estaba loco de contento: ya tengo abogado propio, no tengo que gastar mas plata – pensaba para sus adentros.
Pero la ley venia pisándole los talones a Don Isaac y el día que le callo la cana se le vino con todo, tenia cargos pá regalar. Lejos de asustarse inmediatamente mando a llamar a su hijo y agrandado como pan en remojo lo puso en contacto con la autoridad correspondiente para que ejerciera su defensa……
Después de unos meses de idas y vueltas y líos judiciales le otorgaron gentilmente 30 años de cana. Parecía como si que con cada defensa de Pedro al viejo le agregaran más años.
Pedro se desmoralizo drásticamente, pero no por perder el juicio sino por que el padre le juro que lo iba a matar el primer día que saliera de prisión vivo o muerto!!! De alguna forma se iba a vengar.
Así fue que Pedro se encontró desesperado, solo y desamparado en la vida. Medito, medito debía tomar una decisión. Estaba solo, sin plata ya que le habían sacado hasta el ultimo centavo por culpa de su padre y se sentía un inútil y por lo que no tuvo mejor idea que salir a vagar sin rumbo fijo.
Tomo algunas ropas cargo un bolsito viejo y se echo a la calle…dos días después se sentía más solo que naufrago en una isla desierta, sentía que esta vez se había recibido en la universidad de la calle de Lingera, y como todo buen ser que se digne llamar lingera debía tener un perro así que empezó a buscarse un compañero fiel y en las vías de la Parada Alberdi lo encontró, no tenía ni 25 días de nacido y ahí estaba abandonado como él, por lo que lo tomo y se lo llevó. Comenzó a buscarle nombre y como sentía que entre el y ese cachorrito desamparado había algo que los unía muy fuertemente no se le ocurrió otro mejor que Lazo,…. Era un buen nombre, además Lazo parecía un caballo en miniatura con hocico largo mucho pelo patas finas, una mezcla de cinco o seis rasas.
Pero mucho tiempo el nombre no le duro por que a los tres meses se dio cuenta que ya no crecía mas y eso era tan solo 20 centímetros del piso, por lo que de Lazo paso a llamarse Lazi, era una deshonra para la rasa animal pero era su perro .
Pedro solía deambular por la Parada Alberdi normalmente aunque también se lo veía por la Estación Rosario Norte y Rosario Central…..le gustaba caminar y primero se lo veía venir a el y al rato se lo veía a Lazi. Es que tenia patas cortas y la pobre bestia tardaba en llegar tanto que Pedro para no dejarlo tan atrás caminaba en circulo en el mismo lugar hasta que Lazi lo alcanzaba
Fue durante años que Pedro iba y venia por las vías del tren recorriendo estaciones, curando animalitos, contando historias a los viajeros de las estaciones y pidiendo alguna que otra moneda para comer. No era de hablar mucho con la gente, con excepción del guarda de la Estación Rosario Norte con el que siempre entablaba alguna conversación y que era el único que conocía la verdadera historia de su vida.
Después de algunos años la gente lo dejo de ver y se olvidaron de él. Ni el guarda sabía que le había pasado al desaparecer, y fue en ese mismo momento que empezaron a crearse las fábulas alrededor de la suerte que le toco a Pedro.
Los que llegaron a enterarse lo sucedido con el padre dicen que apenas salio le corto el cuello y lo enterró junto a las vías del tren sin que nadie lo viera, y a Lazi lo mato por perro delator ya que no paraba de ladrar, y es verdad que perro que ladra no muerde por que el viejo salio sin un rasguño.
Algunos hasta cuentan que han visto su fantasma sin cabeza y el de Lazi a su lado aparecer por las noches en la estación Rosario Norte
Otra versión dice que como a el le gustaba curar animalitos, un día en el que paso un tren con un circo, aparentemente uno de los animales callo de el tren, y para desgracia de Pedro era el tigre de Malasia, se lo comió de un mordisco apenas se acerco para ver que había pasado, y en cuanto a Lazi parece que el tigre en uno de sus saltos lo piso sin darse cuenta y murió por atropello.
Hay otra versión mas aunque creo que es la menos creíble se las cuento igual, dicen que el padre lo encontró después de mucho buscarlo, lo perdono y juntos vivieron felices. Anda!!!!!!!!!!.
Para mi la única de todas las historias es la primera la que me resulta mas creíble pero queda a libre elección.
Lo que queda bien claro es que si queres estudiar, ….. estudia algo que te guste, no sea que termines como Pedro…. Y vaya a saber uno como fue que termino.
Alfredo Molinelli
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